¿Qué son los sueños?

Estas son seis propuestas científicas que intentan acercarnos al significado y función de los sueños desde distintos enfoques.

Soñar alivia el dolor y el miedo

Esta es quizás la interpretación más clásica de los sueños. Soñar con miedos o afecciones funciona a modo de catarsis. Hoy en día se ha comprobado que cuando soñamos (concretamente en la fase REM) las sustancias químicas generadoras de estrés dejan de producirse y el cerebro procesa las expectativas emocionales del día a la vez que suaviza los recuerdos negativos o dolorosos.

Soñar muestra nuestros deseos más ocultos

Esta es la segunda interpretación clásica de los sueños. La  versión freudiana de esta idea señala que en los sueños los sentimientos reprimidos del subconsciente son liberados para descargar la libido. En tanto que los sentimientos que el subconsciente reprime serían nuestros deseos más fervientes que la sociedad nos niega satisfacer, los sueños servirían para liberar tales deseos y vivirlos en el mundo de los sueños.

Soñar ayuda a conservar la memoria

Durante los sueños nuestro sistema nervioso vuelve a hacer pasar las cosas que hemos aprendido por el hipocampo (principal área del cerebro encargada de la memoria) para que no las olvidemos. Pero al hacerlo mezcla cosas. Por ello, en los sueños aparecen muchas veces experiencias que hemos tenido entremezcladas y sinsentido. Por ejemplo, soñamos estar en algún lugar que hemos estado pero viviendo la experiencia con personas diferentes.

Las mujeres tienen más pesadillas que los hombres

Jennie Parker, de la University of the West England, comprobó que los sueños desagradables de las mujeres contienen más desgracias y emociones negativas. También suelen involucrar a más miembros de la familia y suelen desarrollarse en espacios cerrados.

Lo que olemos mientras dormimos afecta al contenido de los sueños

Científicos alemanes presentaron un estudio ante la Academia Americana de Otorrinolaringología en que analizaban los rasgos positivos o negativos de los sueños haciendo que sus pacientes respiraran fragancia de rosas en algunos casos y hedor de huevos podridos en otros. En el primer caso los sueños eran buenos, mientras que en el segundo los pacientes tenían pesadillas.

El cerebro dormido se parece al cerebro despierto

Cuando soñamos nuestro cerebro se activa igual que en la vigilia. Soñar que hacemos un movimiento activa las mismas neuronas que ejecutar ese mismo movimiento despiertos. De esta manera podrían consolidarse los recorridos neurolanes encargados de ciertas acciones: ¡los sueños podrían ser campos de entrenamiento de la vida real!

AGL